El mito de la empresa unicornio (empresas con valoraciones por encima los mil millones de dólares) siempre sigue el mismo patrón: fundadores que trabajan hasta la extenuación y que no paran de levantar rondas de financiación millonarias con productos que prácticamente no tienen ingresos, por mucho que tengan muchísimos usuarios.  Hace nada el mismo Elon Musk se jactaba de trabajar 80 horas a la semana.

Pero, por suerte, hay otra manera de hacer las cosas. No es tan conocida pero sí mucho más razonable. Los líderes de la corriente “no tienes que dejarte la piel para conseguir el éxito con tu startup tecnológica” son Jason Fried y David Heinemeier Hansson, creadores de la herramienta de gestión de proyectos Basecamp y, en el caso de David, también muy conocido por ser el creador de Ruby on Rails.

Su filosofía se puede resumir en 40 horas a la semana es tiempo más que suficiente para crear y crecer una startup tecnológica basada en la comercialización de un producto software. El cómo conseguirlo lo explican en su libro Getting Real (gratis si les dais vuestro email).  A continuación os hago un resumen rápido de las ideas principales del libro Getting Real. Como veréis, sus opiniones van muchas veces en contra la opinión predominantes hoy en día pero a mi me parecen muy acertadas. Ya me contáis cuál es vuestra opinión si os animáis a dejar de lado los suculentos sueldos de los Googel, FB y cia  y lanzaros a la aventura (en ese caso, estos 10 mandamientos os pueden también ser útiles)

Consejos para intentar hacerte rico con tu app y sobrevivir al intento

Menos es más

Competir con otros programando más funcionalidades, gastando más, contratando más,… sólo te hará perder. Haz menos que tu competencia: menos funcionalidades, menos opciones, menor estructura, menos reuniones, menos promesas …

Además cuanto menos “masa” (estructura, empleados, deudas,…) más fácil será cambiar para adaptarte a nuevas oportunidades (tipo lean startup)

Construye un software que tú mismo necesites

Seguramente uno de  los pocos consejos con el qué todo el mundo estaría de acuerdo. Si construyes algo para ti mismo, serás tu propio usuario y podrás saber qué es importante y qué no, como mínimo para un usuario representativo (tú)

Finánciate a ti mismo

Si pides dinero a otros, tendrás que rendirles cuentas (y perder tiempo e independencia con eso). Intenta hacer lo mismo con menos recursos. Además el tener estas restricciones externas estimulará tu creatividad e innovación. Tener dinero a raudales hace que muchas veces vayas a lo fácil y hagas como todos.

Además, sin dinero lanzarás antes tu producto y te preocuparás mucho más para conseguir tus primeros usuarios de pago. Yo sólo veo ventajas.

Fija el tiempo y el dinero, sé flexible con el alcance

Decide cuando vas a lanzar el producto. Y como hemos visto en el punto anterior, ten también limitación con el dinero que puedes gastar. No sacrifiques ninguna las dos, en todo caso, adapta el alcance de lo que va a incluir esa primera versión. Esto te va ayudar también a priorizar correctamente.

Búscate un enemigo

A veces saber lo qué NO quieres ser es la mejor manera de clarificar hacia donde quieres ir. Busca lo qué crees que tus competidores hacen mal y convierte eso en uno de los puntos fuertes de tu app.

Si no sientes la pasión, déjalo

Si el software que estás creando no te excita, déjalo. Forzarte a trabajar en algo que no te apasiona no es la manera de tener una startup de éxito alrededor de ese producto

Los tres mosqueteros

Para la primera versión de la app, junta un equipo de tres personas: un programador, un diseñador y un tercero que pueda hablar con los dos. Si no te ves capaz de crear la app con sólo un equipo de tres, reduce el alcance de esa primera versión.

Sé tú mismo

No actúes como si fueras una gran empresa. Sé personal y amigable. Elimina formalidades. Simplifica procesos. Acércate al cliente, no trates de impresionarle.

Define bien tu gran idea

Necesitas tener una visión muy clara de tu producto. ¿Qué lo hace especial? Tener esto claro ayudará a tomar todas las demás decisiones.

Ignora los detalles

No té preocupes por las pequeñas cosas cuando estés empezando. No dejes que te despisten del objetivo importante.

Ignora los problemas que no tienes

Evita planear para todas las cosas que pueden suceder en un futuro. No té preocupes sobre como vas a escalar la web para cuando tengas 100.000 usuarios cuando no tienes ni diez. Toma decisiones justo en el momento en qué haga falta. Además toda decisión es temporal, la puedes cambiar luego. Y si te equivocas tampoco matarás a nadie (suponiendo que estés creando una aplicación web y no  un software para cirugía cerebral)

Busca los consumidores ideales

Focalízate en el sector del mercado que es perfecto para tu startup. Si intentas contentar a todo el mundo, acabarás decepcionándolos a todos.

Crea un software con carácter

Que sea dogmático, con ideas claras. Quién tenga una opinión diferente de la que el software promueve que busque otra solución.

Personifica tu producto. Tu producto tiene su propio voz. Eso lo hace reconocible a tus clientes.

Implementa la mitad de funcionalidades, no funcionalidades a medias

Ve a lo esencial. Cuando crees que ya tienes la lista de funcionalidades obligatoria para la primera versión, cógela y divídela en dos. Lo mismo para las opciones de configuración. En la mayoría de casos, no va a importar.

Para conseguirlo, di que no a cada petición para integrar una nueva funcionalidad. Cada vez dices que sí a una nueva feature estás adoptando un hijo. Y te va a salir caro. No vas a poder darlo en adopción.

Además muchas de las veces que un cliente te pide una funcionalidad “clave” resulta que al final no era tan importante y si le dices que no se olvida de ella rápidamente.

Y sigue con esta filosofía a lo largo de la vida del producto. Madurar el producto no significa añadir más funcionalidades.

Construye un producto que puedas gestionar

No prometas lo que no puedas dar, ya sea porque no sabes, porque va a salir muy caro (ej: planes gratuitos) o porque no tienes la infraestructura.

Pregunta a los clientes que es lo que NO quieren

A lo mejor resulta que hay funcionalidades que nadie quiere o usa. Pregunta y si es el caso elimínalas inmediatamente. Menos lastre!

Saca algo al mercado cuanto antes

Tener algo que se pueda “tocar” (ejecutar) es la mejor manera de tener feedback (real) y conseguir un cierto momentum tanto interno (con los empleados) como externo (potenciales clientes).

Nada mejor que testear tu idea con una app que la gente pueda utilizar.

De bocetos a HTML a código

Cada uno de estos tres niveles ofrece un buen equilibrio entre la calidad del feedback y el coste de realizarlo. Empieza con bocetos rápidos para un feedback inmediato, conviértelo a mock-ups de HTML para un feedback más elaborado y acaba, una vez todos los comentarios integrados, con la primera versión del código.

Esta estrategia también asegura que primero empiezas el producto por su interfaz. La interfaz ES el producto. Esto se aplica también a las interfaces de administrador que en mucho casos son feísimas.

No compartimentes tu equipo pero déjalos trabajar

Asegúrate que la comunicación fluye y no se crean silos.

Eso sí que la comunicación no vaya en detrimento de la calidad del trabajo. Dales tiempo ininterrumpido de concentración (estilo “deep work”). Es entonces cuando la magia aparece. Nada de mensajes, slack, chat,… durante largos periodos de tiempo.

Aún mejor, no hagas reuniones.

Celebra las pequeñas victorias

Son la mejor manera de mantener al equipo motivado. Para asegurarte que hay cosas a celebrar puedes, por ejemplo, hace releases a menudo.

Contrata poco y tarde

Tampoco deberías tener dinero para contratar mucho (si has ido siguiendo los consejos). Cuanto más tarde contrates mejor, sabrás también mejor qué necesitas exactamente y qué perfil iría bien teniendo en cuenta la cultura de la empresa.

Y antes de contratar a nadie, pon los candidatos a prueba con un pequeño proyecto donde van a trabajar como freelance. Mira también (pero sin obsesionarse) sus contribuciones a proyectos open source.

Elige a generalistas por encima de especialistas.

Y contrata a los que sepan escribir. No porqué todos tengan que dedicarse a escribir blog posts sino porque el escribir bien es una qualidad importante en muchos aspectos del desarrollo.

La primera impresión tiene que ser la buena

Diseña pensando en como será la experiencia de usuario la primera vez que alguien utilice tu app.

Para esto, nada mejor que tener una mentalidad defensiva. Piensa en todo momento las cosas raras que puede hacer tu usuario y prepárate para ellas. Aunque el software funcione bien el 90% del tiempo, el cliente se acordará del día en qué le dejó tirado.

Después de la versión 1.0 lanza otra a los 30 días, donde demuestres que estás escuchando a los clientes y haciendo lo posible para mejorar esa primera impresión.

El código tan simple como puedas

Cada vez que añades código, la complejidad del software crece exponencialmente.

Una estrategia para simplificar es cubrir menos casos y escenarios de la funcionalidad que el código resuelve. Si consigues cubrir el 80% de la funcionalidad original con un 20% del código que tenías, ves a por ello.

Menos código implica menos bugs, menos soporte, cambios más fáciles,..

Quieres programadores felices

No hay nada más productivo para la empresa que tener los programadores contentos. Esto también pasa por darles las herramientas que necesitan y por darles voz a la hora de escoger algo tan importante como los lenguajes/frameworks a usar.

Deja que los datos se vayan

No intentes esclavizar a tus consumidores (vendor lock-in). Ofrece maneras de exportar tus datos via JSON, XML, APIs…

A veces, verás como esto se utiliza para integrar tu producto en otras plataformas (más clientes) en lugar de para pasarse a la competencia.

Evita perder el tiempo con documentos muertos

No crees documentos que van  a acabar siendo inútiles o desactualizados. Esto se aplica también a los modelos, asegúrate que cualquier modelo se haya hecho desde una perspectiva ágil

Ofrece algo gratis y sin engaños

Deja que la gente experimente tu producto sin tener que pagar por ello. Si les gusta y soluciona un problema que tienen acabarán pagando.

Es también importante que el empezar a experimentar sea lo más rápido posible (no pidas al cliente ningún tipo de información que no sea estrictamente necesaria).

Y el cancelar debería ser aún más rápido. Y sin engaños.

Todo software necesita una web que lo promocione

El producto no se vende ni se descubre sólo. Dedica a la web del producto el mismo “cariño” que al producto mismo.

Utiliza esta web para atraer clientes potenciales aún antes de tener el producto listo.

Ocúpate tu mismo del soporte

Una vez tienes clientes, no los pierdas. Es importante que entiendas a la perfección qué partes de tu app les hacen “sufrir”. Asegúrate que todos tus programadores dan también soporte aunque sea ocasionalmente. Y nunca lo externalices.

Para minimizar la necesidad de soporte, asegúrate que los FAQ y la ayuda inline dan toda la información necesaria. Tener un foro también puede ayudar.

 

Si os ha gustado la filosofía de Basecamp, os recomiendo leer también sus otros libros: Remote (como tener una empresa donde la gente trabaje a distancia) y sobretodo, Rework y It doesn’t have to be crazy at work, donde siguen elaborando en estas ideas ya desde un punto de vista más general, con consejos para todo tipo de empresas.