El software también envejece. La muerte del software no es rápida e indolora, sino más bien degenerativa. Pero al mismo tiempo abre muchas oportunidades de negocio. Si quieres un buen futuro profesional, ¡dedícate a la medicina estética del software!

Ésta es nuestra contribución a la iniciativa de Crónicas del Intangible, cuyo objetivo es acercar la informática al gran público.

El objetivo es concienciar de qué, aunque parezca mentira, para el software también pasan los años. Las aplicaciones también envejecen y necesitan un cuidado continuo para seguir siendo útiles: hay que corregir errores, mejorar su seguridad, adaptarlas a nuevos dispositivos, añadir funcionalidades y hasta vigilar que cumplan con las nuevas leyes.

Y al final, pues el software también muere. Hay que prepararse bien para ese momento, que no nos pille desprevenidos y con el culo al aire, por ejemplo, preparando la migración a nuevas herramientas.

Pero no todo son malas noticias, el envejecimiento del software abre muchas oportunidades de negocio. Ayudando a las empresas en sus procesos de migración o manteniendo tu mismo el software que ha dejado de tener soporte oficial pero al que muchas empresas siguen apegadas. Así que si buscas un buen plan de futuro para tu carrera profesional, ¡dedícate a la medicina estética del software!.

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